La inteligencia sin amor te hace perverso.
La justicia sin amor te hace implacable.
La diplomacia sin amor te hace hipócrita.
El éxito sin amor te hace arrogante.
La riqueza sin amor te hace avaro.
La docilidad sin amor te hace servil.
La belleza sin amor te hace ridículo.
La verdad sin amor te hace hiriente.
La autoridad sin amor te hace tirano.
El trabajo sin amor te hace esclavo.
La sencillez sin amor te envilece.
La ley sin amor te esclaviza.
Hoy navegando por internet me he encontrado con estas pequeñas frases. Y la verdad es que tienen razón… en parte. Tienen razón en que las cosas cambian cuando no hay sentimientos, pero esos sentimientos no tienen por qué ser amor. Puedes sentir aprecio, cariño, amistad… incluso la pena tiene la capacidad de hacer que el hombre no sea perverso, tirano ni muchas de las cosas que aparecen en esas pequeñas frases (de las cuales hay más, pero yo he dejado las que más me han gustado). Pero los sentimientos tienen la capacidad de conseguir también que una persona sea hipócrita, ser esclavo, ser servil… ¿Cuántas veces hemos cambiado por un sentimiento hacia otra persona? ¿Cuántas veces en nuestras vidas habremos sido serviles en exceso con tal de no perder a esa persona, de que no le siente mal algo que le decimos a un amigo? ¿Cuántas veces hemos sido hipócritas en vez de diplomáticos para que en nuestro grupo de amigos no haya roces? Los sentimientos son la llave que hacen que las cosas cambien. Es lo que nos hace humanos.
El tener sentimientos hacia alguien es, al fin y al cabo, una debilidad. A muchos de nosotros nos pueden atacar directamente y apenas afectarnos lo que nos digan, pero en el momento en el que atacan a alguien por el que profesamos algún tipo de sentimientos, la cosa cambia. Si de verdad alguien quiere hacer daño a alguien la mejor vía es a través de los sentimientos. Somos completamente manipulables gracias a ellos. Nos convertimos en títeres a manos de los sentimientos. Tan sólo hay que ver el ejemplo de las personas psicópatas, personas sin sentimientos. Debido a un fallo en su sistema límbico, son incapaces de tener sentimientos, y es por eso por lo que mienten sin piedad, hacen el daño que tengan que hacer sin tener ningún tipo de remordimientos… Cosas que una persona “normal” sería incapaz de hacer sin tener un mínimo de culpabilidad. Los sentimientos nos atan, nos refrenan, nos hacen más vulnerables.
También nos dejan una huella imborrable. Cuando tenemos una pareja, esta pareja llena prácticamente todo nuestro “espacio” en lo que solemos llamar corazón. Cuando esa persona desaparece, se queda siempre ahí. No ocupa todo el espacio, pero se mantiene en un pequeño porcentaje. Es un terreno del que esa persona se ha adueñado y en el que nadie más volverá a pisar. Esa persona ya se llevó esa parte, y siempre estará ahí. La persona que vaya a entrar en un futuro en nuestras vidas después de una pareja, tendrá que convivir con el recuerdo de las anteriores. Miedos, cosas que sabemos que es mejor no hacer, historias que no querremos repetir, palabras que no querremos decir, incluso momentos que no se volverán a vivir de la misma manera. Iremos con más cuidado en las experiencias futuras por miedo a que nos vuelvan a hacer daño, o a volver a hacerle daño a la otra persona. Es un fantasma que llevamos siempre a las espaldas. Esa persona ya se llevó un poco de nuestros sentimientos, y no nos lo devolverá en ningún momento. Y si lo hace, será cuando pase mucho mucho tiempo y la persona que ha llegado nueva ha tenido la fuerza suficiente como para expulsar ese fantasma que estaba ahí.
Es por todo esto que sí, se puede vivir sin amor, sin sentimientos. La vida será ligeramente distinta, la saborearemos de otra forma, con más recelo, teniendo más cuidado en algunas ocasiones, pero en la mayoría de los casos siendo menos cuidadosos porque pensaremos que si al fin y al cabo nos van a volver hacer daño, mejor golpear primero… hasta que llegue de nuevo alguien que nos haga sentir, hasta que nos demos cuenta de que nunca hemos dejado de tener sentimientos: por nuestros amigos, nuestra familia… Entonces volveremos a ir con cuidado de no hacer daño. Es tan complicado todo esto de los sentimientos…